Ayer fue la inaguración de este evento, al que acudieron numerosos vecinos, así como autoridades locales. La alcaldesa, Dolores García, el edil de Cultura, Xosé Castro Ratón, la de Xuventude, Ana Lorenzo o el portavoz del PP, Tomás Fole, además del vicepresidente de la Diputación, José Juan Durán. Todos ellos, guiados por el presidente de la asociación vecinal, Xurxo Abuín, disfrutaron de los caprichos que la naturaleza (y a veces también la ciencia) han creado a través de injertos.
Sin embargo, en medio de la visión de la sala, tal cual la de un jardín plagado de las mejores camelias salidas de cada casa, a cada cual más bonita y perfecta, la reina sigue siendo la de siempre, la clásica: “Para mí la reina es la blanca”, podía escucharse entre los corrillos de visitantes. Pero aún así, todas las de ese color son diferentes. Unas con los pétalos más redondos, otras más alargados y finos. Lo que está claro es que el que entre a observarlas saldrá con una o muchas favoritas.
Los organizadores de este evento, los miembros de la asociación “O Souto”, de Rubiáns, estaban encantados. Orgullosos de ser “terra de camelias”, repartieron una de estas a cada visitante, al igual que volverán a hacer hoy, tras la clausura de la muestra.
Una vez finalizada la inauguración, se realizó una visita guiada a la finca de Fontán, conducida por el cultivador de camelias Fernando Vilas. Allí, además de contemplar la grandiosidad de un terreno típico de los antiguos pazos señoriales, el numeroso grupo de personas que acudió pudo observar su enorme colección de camelios, algunos de ellos ya centenarios.
Hoy se realizará otra visita, esta vez al jardín Pazo de Rubiáns, quizás el centro neurálgico de la plantación de camelios, ya que dispone de más de un centenar de variedades. Esta colección fue impulsada, desde 1930 y hasta su fallecimiento, por Dolores Urcola, marquesa viúda de Aranda.
La historia de esta planta se remonta a hace tres siglos, cuando llegaron por mar desde Oriente. Pese a su delicadeza, a la que aludió el edil de Cultura, Castro Ratón denominándolas “pequenas gheishas” se adaptaron tan bien al clima y a la tierra atlánticos que terminaron convirtiéndose en la flor más representativa de Galicia.
Entre las más antiguas que se conservan en la comunidad gallega, destacan las del Pazo de Santa Cruz de Ribadulla, que datan de 1875. De hecho, en los primeros tiempos, fueron símbolo de la riqueza de familias señoriales, ya que sólo se cultivaban en los jardines de los pazos. Sin embargo, a partir del siglo XX, su popularización hizo que se extendiese a jardines públicos y pueblos, de manera que hoy, casi todas las ciudades gallegas poseen camelios.
La tradición y el gusto por esta planta ha llegado hasta la actualidad, y hace dos años nació la idea de crear la feria-exposición en Rubiáns, ya que se considera que las primeras camelias de las que se tiene constancia en la comarca entraron en ella a través de esta parroquia. Así, la asociación “O Souto” se encarga de este evento anualmente, con excepción de los años en los que a Vilagarcía le corresponde por turno organizar el Certamen Internacional de la Camelia, como sucedió en 2006.
Aquellos que hoy acudan a la última jornada de esta muestra saldrán sin duda prendados de esta flor a la que sólo le falta tener aroma, hija adoptiva de Galicia y reina de Rubiáns.
(Fonte: María Foscaldo Fernández, Diario De Arousa)
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