Un nuevo atropello en la transitada carretera de Pontevedra a la altura de Rubiáns, en Vilagarcía, ha vuelto a poner de manifiesto que las medidas de seguridad vial, sobre todo para los peatones, no son las más adecuadas. En una carretera en la que la densidad del tráfico es elevada –al ser una de las arterias de entrada a la localidad y una zona con gran cantidad de naves industriales– son muchos los vecinos que, cada día, conviven con los coches y los camiones y cruzan la carretera en su quehacer diario.
Ayer le tocó el turno al vecino de Sanxenxo de iniciales P.M.P. y 33 años de edad que, por fortuna, resultó herido leve. El arousano aparcó su vehículo a la altura del número 31 de la avenida de Rubiáns, en las cercanías del concesionario de Citroën. Eran las 13,15 horas y el hombre, a pesar del intenso tráfico que a esas horas había en la recta –y según testigos presenciales–, se decidió a cruzar de inmediato la carretera.
En el momento en el que irrumpe en el carril de dirección a Pontevedra, un turismo Renault Clío con matrícula 8001-FHZ lo golpea, tirándolo al suelo. Es entonces cuando alguno de los particulares que a esa hora se encontraban en el lugar llama al 112, que a su vez moviliza a la ambulancia del 061, a la Policía Local de Vilagarcía y a los miembros de Protección Civil de la localidad.
El individuo atropellado no rebelaba, a simple vista, contusiones importantes, aunque por precaución fue trasladado al Servicios de Urgencias del Hospital Comarcal do Salnés. Desde el centro hospitalario no han querido informar del estado del paciente aunque, probablemente fue dado de alta ya que sus heridas no revestían gravedad, según informó el 112.
Ésta no es la primera vez que se produce un atropello en la recta de Rubiáns, una carretera que posee importantes núcleos poblacionales a ambos márgenes y que también alberga en los dos lados numerosas naves comerciales. Los vecinos de la zona han estado insistiendo desde hace años en la necesidad de mejorar la seguridad vial en esta importante vía, sobre todo en lo que a señalización se refiere. El mal pintado y la escasez de señales verticales hace prácticamente invisibles los pasos de peatones allí donde se encuentran. Por otra parte, su escasez a lo largo de toda la avenida hace que la mayoría de personas que tienen que cruzar la carretera lo hagan por cualquier punto en vez de acudir a los lejanos pasos de cebra.
(Fonte: J.F., Faro De Vigo)
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