Los vecinos de Rubiáns volvieron a unirse, esta vez para organizar una caravana de coches -participaron 35 vehículos- que a una velocidad extremadamente lenta se dedicaron durante buena parte de la mañana a recorrer el centro de Vilagarcía entorpeciendo la circulación.
No contentos con ello, por la tarde se reorganizaron para cruzar a pie de un lado a otro la carretera que conduce a Pontevedra. Atravesaban por el paso de peatones situado cerca del cementerio, y tanto ir y venir volvió a provocar retenciones considerables. Lo hicieron, en ambos casos, como protesta, para reclamar del Gobierno una actuación que consideran imprescindible para la parroquia: La reforma de la Praza do Souto.
En ambas protestas intervino la Policía Local, que tomó nota de las matrículas de los coches que recorrieron la ciudad en horario matinal -se supone que para abrir expedientes sancionadores- y por la tarde trató de regular el tráfico a la altura del cementerio de Rubiáns, amenazando con denunciar ante la Subdelegación del Gobierno a los que cruzaban en grupos organizados el paso de peatones.
De lo que no cabe duda es de que ambas protestas consiguieron el objetivo deseado, que era llamar la atención sobre las demandas vecinales.
Por tratarse de una jornada de mercadillo ambulante, con lo que esto conlleva en cuanto a aglomeración, la protesta matinal provocó importantes problemas en la circulación rodada y no pocos atascos, si bien es cierto que el de ayer no fue un día especialmente intenso para el tráfico en la ciudad, y eso evitó que los efectos de la movilización fueran mucho mayores.
A las 9.30 horas se circulaba con fluidez e incluso inusual comodidad por el centro vilagarciano. Pero apenas una hora después los vecinos de Rubiáns salían a la calle, en sus coches, para protestar por lo que consideran "una terrible injusticia" y para dejar patente ante la opinión pública que la parroquia "está siendo discriminada" por el gobierno bipartito de Ravella, y de manera muy especial "por el grupo municipal socialista", contra el que cargaron las tintas de esta protesta.
Y todo, como se sabe desde hace semanas, a causa del conflicto de intereses que mantienen Concello y vecinos en relación con el fondo estatal de inversión local, que destina a Vilagarcía 6,5 millones de euros para la realización de obras con las que hacer frente a la crisis económica que vive el país. Los vecinos de Rubiáns quieren que parte de ese fondo se destine a la reforma de la plaza de O Souto, para lo que creen necesario un desembolso aproximado de 600.000 euros.
Pero los ediles socialistas eligieron las obras a incluir en el fondo estatal sin tener en cuenta la reivindicación de Rubiáns y sin atender las recomendaciones de sus socios del BNG en el Gobierno y de la oposición, que pidieron un pleno para debatir y consensuar el reparto de las ayudas estatales.
El PSOE sí convocó ese pleno extraordinario, pero lo fijó para mañana, es decir, días después de que los socialistas aprobaran unilateralmente su relación de obras -que no incluye la de Rubiáns- y la remitieran ya a Madrid para que sea aprobada por el Ministerio para las Administraciones Públicas.
Es por todo ello que los vecinos, liderados por Xurxo Abuín, que conducía el coche con megafonía que abría la caravana, decidieron tomar las calles vilagarcianas para protestar y lanzar por los altavoces un mensaje repetitivo: "El PSOE discrimina a Rubiáns en el reparto de fondos anticrisis... Rubiáns exige la reparación de esta injusticia".
Así se escuchaba una y otra vez en Ravella, en la avenida da Mariña, Conde Vallellano, Praza de Galicia, Arzobispo Lago y en todas y cada una de las calles que durante horas acogieron la protesta motorizada.
Los coches participantes, que poco a poco se fueron desperdigando, a medida que en los cruces y pasos de peatones otros vehículos se introducían en medio de la caravana, se distinguían por los carteles que llevaban pegados en la carrocería y/o en las ventanillas. El mensaje de los letreros también era escueto y contundente: "Rubiáns, discriminado por el PSOE".
Era evidente que los ataques hacia Ravella se dirigían al grupo socialista, el mismo que, como denuncia la oposición, se permite destinar 1,7 millones de euros a Trabanca Badiña y pretende gastar un millón de euros en la peatonalización de la calle Rey Daviña, hace pocos años acondicionada y dotada de todos los servicios.
(Fuente: Manuel Méndez, Faro De Vigo)
(Foto: "Los vecinos cruzaron en grupo, y de forma continuada, el paso de peatones del cementerio de Rubiáns para entorpecer el tráfico y llamar la atención sobre sus demandas", Iñaki Abella)
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