El fallecimiento de la Marquesa ha causado un hondo pesar en los círculos sociales no sólo de la ciudad, sino de toda España, al tratarse de la poseedora de uno de los títulos nobiliarios más importantes de la nación. Bilbaína de pura cepa, la marquesa llevaba residiendo en el pazo desde 1930, cuando llegó procedente de Madrid poco después de haber contraído matrimonio con el Marqués de Aranda, Alfonso Ozores de Savedra.
Desde su llegada a Vilagarcía quedó enamorada de estas tierras convirtiendo una residencia de verano, como era el Pazo de Rubiáns, en la casa familiar, e integrándose rápidamente en la sociedad vilagarciana de la época.
Fuente: Faro De Vigo
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